Reportajes
MAR 22.12.2015
1.175 kilómetros separan La Guardia (Vigo) de Barcelona, y a Anair Lomba de su pueblo. Es su segunda temporada en el RCD Espanyol. Dejó su casa por un sueño, el de jugar en Primera División. Hoy, es una de las piezas clave del conjunto dirigido por Polidano. La apuesta salió bien.
Empezamos !!#RCDE pic.twitter.com/kSgb9kulqp
— Anair Lomba (@Anair16) October 17, 2015
"No vuelvo a casa desde agosto, me vine a Barcelona para hacer la pretemporada. Tenía muchas ganas de volver a casa", dice 'Lombi', su apodo en el campo. Es su vida, la que elegió cuando dejó su casa, y a su equipo, hace casi dos años. "Claro que echo de menos a la gente de mi equipo. De vez en cuando, se acercan a verme", habla de las jugadoras de El Olivo, equipo del Grupo I de Nacional. "Que no se me olvide mi perro, que también lo echo mucho de menos", añade entre risas.
En Navidad algo cambia. La máquina del tiempo. La camiseta del Espanyol, por la de El Olivo. El fútbol, con las de siempre. "Desde el club, siempre nos mandan un plan de trabajo. Pero, siempre que ellas pueden, me acerco a entrenar con el equipo. También jugamos pachangas". La vuelta a casa, por partida doble. "Allí fui muy feliz", dice la gallega.
El fútbol no se olvida, ni en Navidad. "Normalmente, en estas fechas, los clubes de la zona hacen una selección. Baixo Miño es un combinado de jugadoras de la zona. Disputamos partidos benéficos contra la selección gallega u otros equipos. A veces, viene Verónica Boquete", explica. Imposible olvidarse de la pelota.
El día 3 se acaban las vacaciones y el RCD Espanyol vuelve al trabajo. "Me volveré el día 2, es el derbi catalán. Hay que ir", se ríe. Barcelona, por la Guardia. Cataluña, por Galicia. El Mediterráneo, por el Atlántico. El fútbol..., eso no se toca. Por, y para. También en Navidad.
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