Nota de Prensa
LUN 27.05.2024
- La juez se reafirma en que “ya ha expuesto en infinidad de ocasiones que no se ha solicitado y no se va a resolver sobre la autorización proyecto de la Superliga”
- La sentencia reconoce además que la UEFA ya ha modificado su normativa de autorización y que “la variación del proyecto Superliga no afecta al presente procedimiento”
LALIGA ha recibido la sentencia del Juzgado de lo Mercantil nº 17 de Madrid, la cual, en línea con la sentencia del TJUE, no avala la Superliga Europea, insiste en que este procedimiento no juzga el proyecto abandonado de la Superliga, y añade el reconocimiento a las modificaciones de la UEFA en su normativa de autorización de competiciones.
El Juzgado de lo Mercantil nº 17 de Madrid ha dejado claro en su sentencia que “en tanto que la Superliga en los términos inicialmente planteados en la demanda, es decir, conforme el proyecto inicial –en los términos que constan en la demanda- que ha sido abandonado y ya ha sido descartado por las propias impulsoras, los pedimentos en relación con ello deben igualmente decaer”.
Añade la sentencia que no se pueden realizar imposiciones a futuro ya que “admitir lo contrario supondría aceptar una suerte de protección o blindaje de cualquier proyecto de competición futbolística que fuera presentado por las demandantes, lo cual no es aceptable”.
Como siempre ha defendido LALIGA, el proyecto de la Superliga Europea es un debate que debe producirse en el seno del fútbol europeo, un ecosistema que ya hablado en multitud de ocasiones y de forma unánime en contra de la Superliga, a través de ligas domésticas, clubes, jugadores, aficionados, instituciones públicas, etc.
En este sentido, el Juzgado de lo Mercantil nº 17 de Madrid dice explícitamente que “nos encontramos ante un conflicto normativo que afecta al modelo organizativo del fútbol; corresponderá a los intervinientes su modificación y adaptación posterior; ello no determina que sea objeto del procedimiento la autorización de cualquier competición, sino sentar las bases para encauzar un sistema de libre competencia de organización de competiciones de fútbol”.
El debate sobre la Superliga no es nuevo ni esta sentencia supone un cambio significativo en su ilegitimidad. Como agrega la propia juez en su sentencia, “esta juzgadora ya ha expuesto en infinidad de ocasiones, que no se ha solicitado y no se va a resolver sobre la autorización proyecto de la Superliga”, en contra de lo que los promotores de la Superliga y sus resortes informativos llevan declarando desde hace tiempo.
Por último, cabe destacar que este Juzgado de lo Mercantil de Madrid ya ha recogido en su sentencia que el hecho de que “la UEFA en el año 2022 ha modificado la normativa del sistema de autorización previa de forma que se ha “codificado” y completado existente”, lo cual además se adapta a lo que hace unos meses dictaba el TJUE.
Al margen de esta sentencia, ya todo el ecosistema del fútbol, incluyendo aficionados, jugadores, entrenadores, ligas, federaciones o clubes han hablado alto y claro para decir que no desean un modelo que perpetúa la participación de unos pocos privilegiados, restringiendo la cima del fútbol europeo a una élite, en lugar de un deporte abierto para todos.
De hecho, recientemente 26 de los 27 países de la Unión Europea (todos menos el Gobierno de España, que tras la resolución debería pronunciarse) firmaron un documento de defensa del Modelo Europeo del Deporte basado en “la solidaridad, el mérito deportivo y el impacto social del deporte”, remarcando explícitamente “la relación entre el rendimiento anual en las ligas domésticas y todas las competiciones europeas”. Algo que el proyecto de A22 sobre la Superliga no cumple.
El propio Parlamento Europeo aprobó un informe que abogaba “por un modelo europeo del deporte que reconozca la necesidad de un compromiso sólido con la integración de los principios de solidaridad, sostenibilidad, inclusión, competencia abierta, mérito deportivo y equidad, y, en consecuencia, se opone firmemente a las competiciones escindidas que socavan estos principios y ponen en peligro la estabilidad del ecosistema deportivo en general”.
La creación de una liga diseñada para lucrar a los clubes más ricos y concentrar el poder en un pequeño número de equipos privilegiados, también provocaría la pérdida de decenas de miles de puestos de trabajo y reduciría drásticamente los ingresos fiscales de las arcas públicas de todo el continente.
En este sentido, según un informe pericial elaborado por KPMG, solo en España un proyecto como la Superliga Europea provocaría la pérdida de un 55% de los ingresos globales de LALIGA y los Clubes y pondría en riesgo una industria que genera más de 194.000 empleos y 8.390M€ en impuestos al año, lo que supone un 1,44% del PIB.
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